Una especialista investiga muestras de alimentos. | Efe | Roland Weihrauch
En un 30% de los brotes de 'E. coli' no se da con el origen de la contaminación
ELMUNDO.ES María Valerio | Madrid
Cuando se descubra (si es que se descubre) qué alimento es el que alberga la cepa de 'E. coli' O104 que ha causado ya más de 20 víctimas mortales en Alemania no acabará todo. Sea una hortaliza, la carne o el agua..., una vez identificado el foco de contagio los investigadores tendrán que seguir trabajando para estudiar esta nueva variante de la bacteria, desconocida hasta ahora, y amoldarse al nuevo panorama que plantea esta infección.
Como explica a ELMUNDO.es el profesor Jorge Blanco, responsable del laboratorio de referencia para este patógeno en España (con sede en la Universidad de Santiago de Compostela), la pregunta más importante que habrán de responder los investigadores germanos es "¿cómo llegó allí?". Descartados los pepinos y la soja, cuando se identifique al alimento 'culpable' habrá que ver cómo se contaminó con la bacteria. "Y si fue, por ejemplo, a través de alguna fuga de aguas fecales, descubrir si éstas son de origen animal o humano".
Que la bacteria proceda de un alimento o tenga origen en el agua también influirá en "las medidas de control y prevención de la enfermedad", como añaden por su parte especialistas del Centro Nacional de Microbiología, dependiente del Instituto de Salud Carlos III.
En el futuro, además, gran parte de la tarea de los microbiólogos consistirá en seguir estudiando la cepa O104. "Es posible que desaparezca de repente, tal y como ha surgido", sugiere Blanco; "o que siga causando algunos casos aislados. Realmente no sabemos qué va a pasar, dependerá de su capacidad expansiva".
En este sentido, los microbiólogos del Instituto Carlos III explican que "el fin último de toda bacteria no es dañar a su huésped, porque su propia población quedaría entonces desprotegida y obligada a buscar otros huéspedes. Por el contrario, su mayor éxito es evolucionar para adaptarse mejor a su huésped y multiplicarse a sus expensas, causándole las mínimas molestias posibles".
Por este motivo, añade Blanco, en el futuro, habrá que estudiar el número de individuos portadores de la 'E. coli' O104 en Alemania, es decir, "el número de pacientes que son capaces de controlar ciertas colonias de esta bacteria en su intestino y expulsarlas por las heces sin padecer síntomas".
Endurecer la legislación
Probablemente, y como ya está pidiendo el Ministerio de Sanidad español en Bruselas, el actual brote de Alemania obligará a las autoridades comunitarias a modificar la actual legislación de control de los alimentos.
"No sólo bajará el recuento de cepas de 'E. coli' permitidas [el umbral de seguridad que se establece para cada tipo de alimento], sino que a partir de ahora probablemente haya que incluir también la cepa O104, y no sólo la O157, que hasta ahora era la responsable del 90% de los brotes graves que han afectado al ser humano. Por ejemplo, si en la carne se permite hasta ahora un recuento mayor que en frutas y hortalizas (porque se supone que se va a consumir cocinada), "tal vez a raíz de esto se reduzca".
En este sentido, los microbiológicos del Carlos III recuerdan que el grupo de bacterias 'E. coli' tóxicas para el ser humano son relativamente nuevas en nuestro medio (el primer brote en el que se identificó como responsable una cepa O157 se produjo en EEUU hacia el año 1982). "Esto hace que el ser humano no haya tenido tiempo de desarrollar mecanismos de defensa eficaces contra ellos y, por tanto, toda la población sea susceptible de enfermar".
Además, concluyen, en este caso, la bacteria ha conseguido establecerse y formar parte de la cadena alimentaria del ser humano; aunque nadie descarta que este brote concluya como el 30% de los protagonizados hasta ahora por su 'pariente' O0157: sin encontrar el origen de la contaminación.
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